El hada fea
Había una vez una aprendiz de hada madrina que era mágica y maravillosa, y la más lista y amable de las hadas, pero también era un hada muy fea, y por mucho que se esforzaba en mostrar sus muchas cualidades, parecía que todos estaban empeñados en que lo más importante de una hada tenía que ser su belleza.
En la escuela de hadas no le hacían caso, y cada vez que volaba a una misión para ayudar a un niño o cualquier otra persona en apuros, antes de poder abrir la boca, ya le estaban gritando:
Fea…!!!, Bicho…!!!, Lárgate de aquí…!!!
Aunque pequeña, su magia era muy poderosa, y más de una vez había pensado hacer un encantamiento para volverse bella, pero luego pensaba en lo que le había contado su mamá de pequeña: “Tú eres como eres, con cada uno de tus granos y tus arrugas; y seguro que eres así por alguna razón especial…”
Pero un día, las brujas del país vecino arrasaron si lugar, haciendo prisioneras a todas las hadas y magos.
Nuestra hada, poco antes de ser atacada, hechizó sus propios vestidos, y ayudada por su fea cara, se hizo pasar por bruja.
Así, pudo seguirlas hasta su guarida, y una vez allí, con su magia preparó una gran fiesta para todas, adornando la cueva con murciélagos, sapos y arañas, y música de lobos aullando.
Durante la fiesta, corrió a liberar a todas las hadas y magos, que con un gran hechizo consiguieron encerrar a todas las brujas en la montaña durante los siguientes 100 años.
Y durante todo ese tiempo, y muchos años más, todos recordaron la valentía y la inteligencia del hada fea.
Nunca más se volvió a considerar en aquel país que la fealdad era una desgracia, y cada vez que nacía alguien feo, todos se llenaban de alegría sabiendo que tendría grandes cosas por hacer.
En la escuela de hadas no le hacían caso, y cada vez que volaba a una misión para ayudar a un niño o cualquier otra persona en apuros, antes de poder abrir la boca, ya le estaban gritando:
Fea…!!!, Bicho…!!!, Lárgate de aquí…!!!
Aunque pequeña, su magia era muy poderosa, y más de una vez había pensado hacer un encantamiento para volverse bella, pero luego pensaba en lo que le había contado su mamá de pequeña: “Tú eres como eres, con cada uno de tus granos y tus arrugas; y seguro que eres así por alguna razón especial…”
Pero un día, las brujas del país vecino arrasaron si lugar, haciendo prisioneras a todas las hadas y magos.
Nuestra hada, poco antes de ser atacada, hechizó sus propios vestidos, y ayudada por su fea cara, se hizo pasar por bruja.
Así, pudo seguirlas hasta su guarida, y una vez allí, con su magia preparó una gran fiesta para todas, adornando la cueva con murciélagos, sapos y arañas, y música de lobos aullando.
Durante la fiesta, corrió a liberar a todas las hadas y magos, que con un gran hechizo consiguieron encerrar a todas las brujas en la montaña durante los siguientes 100 años.
Y durante todo ese tiempo, y muchos años más, todos recordaron la valentía y la inteligencia del hada fea.
Nunca más se volvió a considerar en aquel país que la fealdad era una desgracia, y cada vez que nacía alguien feo, todos se llenaban de alegría sabiendo que tendría grandes cosas por hacer.
Enseñanza: “Todos podemos conseguir grandes cosas, y tenemos en nosotros lo necesario para conseguirlas. No debemos darle importancia a la belleza exterior, y querer cambiar sólo por cómo nos vean los demás.”
El labrador y sus hijos.
Después de muchos años de arduo trabajo, un viejo labrador, comenzó a notar que sus fuerzas iban mermando cada vez más. Como no quería que sus tierras fueran abandonadas tras su muerte, trazó un plan, para que sus hijos aprendieran a cuidarlas, sin que ellos se dieran cuenta, de ese plan-
Cuando tuvo todo listo, los llamó frente a el, y les dijo:
Queridos hijos míos, siento que mi fin se está acercando; vayan a la viña que con tanto amor llevo cultivando todos estos años y busquen aquello que escondí para cuando llegara este día.
Pensando que se trataba de un gran tesoro, corrieron raudos y veloces al lugar que su padre les había indicado. Allí, cavaron y cavaron durante horas, hasta que no quedaba ni un solo centímetro de tierra sin remover.
A pesar de su empeño y del esfuerzo realizado, no encontraron nada que mereciera la pena vender. Apesadumbrados y pensando que su padre, los había engañado, se volvieron a su casa, sin sospechar el verdadero propósito de su progenitor.
Tiempo después, cuando uno de los hermanos pasaba por allí, se dio cuenta que todo el trabajo de su padre no había sido en vano, ya que todos sus viñedos estaban llenos de apetitosos frutos, con los que pudieron enriquecerse.
Enseñanza: El mejor de los tesoros, es el que se consigue con nuestro propio esfuerzo.
El mango.
En lo alto de una mata de mango se escuchaba una algarabía, pero no señor, no eran los pájaros peleándose por los mangos, era aunque usted no lo crea un mango, grande hermoso, rosiamarillo, oloroso, quien discutía con los otros mangos del gajo, en total eran como diez.
¡Yo soy el más grande y el más hermoso! – ¡A mí me van a colocar como una reliquia, me van a llevar a todas partes del mundo, para que todas las personas me admiren por mi elegancia, por mi espectacular color y aroma… mientras que ustedes son pequeños y amarillos, de ser comidos por un cerdo no pasarán! ¡ja, ja,ja!
En eso se le iban las horas al mango, quien discutía todo el tiempo con los demás compañeros del gajo. Uno de los mangos, menos hermoso que el mango vanidoso le dijo: – ¡tranquilo mango odioso, que a cada mango le llega su turno ¡ya verás!
El mango vanidoso se quedó observando al otro mango, pero prefirió callar, ya que pronto el sol se ocultaría. Pasaron solo unos minutos y una brisa fuerte comenzó a mover aquella imponente mata de mango y con el mayor de los asombros el mango vanidoso vio caer a sus compañeros más antiguos del gajo.
¡Corran! ¡Corran!- decía el mango vanidoso. ¡Pero qué locura! ¿A dónde voy a correr si no tengo patas? ¡Estoy enloqueciendo! pero la brisa cesó y el mango suspiró. Al pasar el susto, de sus amigos se rió, quienes fueron llevados en una bolsa por unos niños que correteaban en el patio.
El mango vanidoso, se quedó solo en el gajo y seguía atormentando a los mangos de los gajos vecinos con sus necedades: …que me voy de viaje, que soy más hermoso, que esto y lo otro… ¡Cuando de repente se escuchó tremendo ruido!
Era una bandada de pericos que llegaban a la mata de mangos. ¡Auxilio! ¡Socorro! ¡Que alguien me ayude! – gritaba el mango vanidoso quien vio acercarse un pico muy afilado que… ay, un mordisco al mango ha dado, pobre manguito un hueco tiene en el costado y peor aún al suelo ha sido tirado.
Una vez en el suelo el mango vanidoso ve lo terrible de su fin, por burlarse de sus vecinos del gajo en peor situación ha dado y aunque usted no lo crea ¡hasta un cerdo lo ha pisado!
Así termina la historia del mango vanidoso, quien alardeaba de su suerte, molestaba a los demás creyéndose el mejor.
Enseñanza: Seamos humildes de corazón aunque tengamos muchas virtudes. Respeta a los demás sin importar ideologías. Practiquemos la tolerancia y evitemos la discriminación.
El mono y el majaz
Un mono caminaba por un sendero del bosque, en su trayecto encontró un racimo de plátanos, este a la vez quiso cosecharlo para comerlos, sin embargo luego cambia de opinión diciendo:
-¡Volviendo los llevo! Y se fue a dar un paseo.
A unos metros más allá se cruzó con un majaz, éste le saludo diciendo:
- ¿Cómo estas amigo mono?
Y éste le contesta brevemente:
-¡Bien!
Y continúo su ruta. Mientras el roedor se desvió por los matorrales tratando de buscar alguna fruta que ingerir y lo primero que vio fueron los mismos bananos hallados anteriormente por el simio, y sin dudarlo dos veces se apropió de ellos.
Poco después llego el mono a llevar su encargo, pero dio con la sorpresa que otro lo estaba disfrutando y muy molesto va y reclama al majas diciendo:
- ¿Por qué jalaste mis plátanos ? y el roedor contesta modestamente:
-Lo siento amigo todas las plantas que rodean este bosque son libres, además si dices que son tuyos debías aprovecharlo en el preciso momento que lo conseguiste!
Y se fue dejándolo con las ganas de saborear la fruta al mono y este se lamenta diciendo:
-¡Debí esconder los racimos antes de nada!
Enseñanza: Si tú encuentras una oportunidad u objeto que te pueda beneficiar aprovéchalo ese mismo instante de lo contrario otros te pueden ganar de mano.
Un perro amigable
Había una vez un perro llamado. LUPI que era muy amigable. Siempre fue feliz porque todos lo querían.
Pero un día unos malos amigos, le dijeron que no sea amigable y como LUPI siempre hacia lo que ellos querían, no fue amigable cuando su amiga le dijo: ¿Me puedes alcanzar la soda? y él le contestó ¡NOOO! Y ella se fue llorando.
Él no sabía el daño que les hacía a los demás porque además de no ser amigable no quería los regalos que les daban sus amigos, que siempre se esmeraban para regalarle algo porque sabían que era bueno.
Un amigo le trajo un perrito de juguete, otro la almohada que siempre quería, pero él a todos los regalo los tiraba a la basura y se reía ja ja ja .
Fue entonces cuando el amigo malo se subió al escenario y dijo:
—Atención, atención: ¿Vieron cómo está hoy LUPI?
Y todos dijeron: sí.. sí.. sí… pero ahora nadie lo quería y él se sentía triste, gracias a los amigos malos que tenía. Y una amiga de LUPI le dijo:
–Qué tonto eres, mejor júntate con un grupo de malos como vos.
— ¿Y ahora quién es la mala? Vos- le dijo LUPI–
Ahora nunca más voy a ser malo-dijo.
Entonces se disculpó con todos y él volvió a ser su amigo y el perro amigable se sintió, otra vez, feliz.
Colorín colorado este cuento se ha terminado.
Enseñanza: Por eso, nunca debes ser malo siempre debes ser amigable y no hagas algo que pueda herir a los demás.
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